
Aunque Chernobyl representa la mayor tragedia nuclear de la historia, antes de ella estuvo la de Kyshtym, una que quizás nadie recuerda.
Las centrales actuales han avanzado mucho en material de seguridad, tienen mejores sistemas y mejores protocolos.
Este progreso ha hecho que sean menores las posibilidades de una catástrofe.
INES (Escala Internacional de Sucesos Nucleares Radiológicos) es quien se encarga de promover el uso pacífico de la Energía Nuclear.
De tal manera, INES es quien se encarga de clasificar los eventos nucleares que sucedan para garantizar que todo sea con el fin adecuado.
Esta escala muestra 0 para los eventos que no representa afectación o problema de seguridad y siete para los accidentes más graves.

En la actualidad solo hay dos accidentes nucleares clasificados como graves: Chernobyl y Fukushima.
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OJO, el que estos dos últimos esté clasificados como graves, no quiere decir que sean los únicos desde el Nivel 4.
Kyshtym (URSS), 1957
Con una puntuación de 6 sobre 7 en la escala de INES, este accidente ocurrido en la planta Mayak (Cerrada en 1948) es el único con esa puntuación.
El más relevante (sucedieron varios) ocurrió en el almacén de un centro de preprocesamiento de plutonio y uranio para su uso militar.
Esta planta se ubicaba en una de las ciudades secretas de la extinta Unión Soviética.

Aunque suene impensado hoy en día, ahí arrojaban el agua contaminada al lago Karachay, considerado uno de los lugares más contaminados del mundo.
El 29 de Septiembre de 1957 hubo una explosión química originada por la filtración y evaporación de residuos almacenados en tanques de acero cubiertos en un almacén de hormigón.
Esta explosión aunque no fue nuclear fue equivalente a 70 toneladas de TNT esparciendo enormes cantidades de cesio-137 y estroncio-90 radioactivos
No hay registros de muertes por esta explosión, pero si se estima que 22 poblaciones, cada uno con cerca de 10.000 habitantes se vieron afectados.

De las 20 poblaciones, solo 4 se evacuaron, las otras 16 en transcurso de los dos años siguientes.
Las muertes por cáncer derivadas de la tragedia nunca las pudieron diferencias de las originadas por causa natural.
Los cálculos realizados hablaban de 8.000 muertes a entre 1960 y 1992.
Desde 1968 existe la Reserva Natural de los Urales del Este –EURT, en inglés–, que sigue restringida actualmente.
Al menos cuenta de nuevo con una gran biodiversidad. Eso sí, radiactiva.
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